domingo, 5 de diciembre de 2010

04/03/2007

Nada sucede por casualidad. Hay que seguir el instinto y las premoniciones que tenemos. Buscar señales. Pedirlas. Ser receptivo a ellas. Al principio seguro que cometes muchos errores y sientes que estás perdiendo el tiempo o dando palos de ciego. No desesperes. No importa. Equivocarse es aprender. Hay un mundo que está cambiando y evolucionando espiritualmente. Busca lo espiritual individualmente; en tu interior. Cuando estas rodeado de una masa, por ejemplo en un templo cuando vas a misa, toda tu energía espiritual se desvanece entre la multitud. En ese tipo de concentraciones la gente se suele “perder espiritualmente” con distracciones varias: “qué ropa me pongo”, “en qué coche voy”, “mira fulanito, hoy ha venido sólo”, “parece que el cura no ha dormido bien esta noche”… La espiritualidad es energía. La búsqueda de Dios y todo lo espiritual que le rodea debe ser unipersonal.

El poder es el mayor enemigo de la búsqueda espiritual. Hemos de aprender que relacionarse con los demás no consiste en absorberlos ni dominarlos. Cuando lo hacemos así sólo obtendremos rechazo ya que a nadie desea que los demás ocupen su “espacio”.

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