- No es que la esperanza deba ser lo último que se pierde. En el fondo..., nunca se pierde.
- "Dadme un neonato y haré de él lo que me pidáis", dijo Descartes. "Dadme un niño, y yo intentaré no equivocarme demasiado", digo yo.
- No me quiten mi tiempo de tristeza, por favor. De ahí salieron mis mejores sentimientos.
- Si me dejan, y sólo si me dejan, procuraré mecer mis sueños unos minutos para que alguien los comparta conmigo.
- Sonríe hasta cuando hables por teléfono.
- Cada día es un regalo. Cada alegría otro más. Cada pena una enseñanza. Cada desamor un "vuelta a empezar". Y cada amor correspondido una misteriosa aventura que zarandea nuestras almas despertando en nosotros los mejores sentimientos que poseemos.
-Equivócate, muchacho. ¿Qué esperas? ¿El aprendizaje inmaculado?
-¿Cuándo fue la última vez que bailaste lento por amor? ..., jo..., ¿tanto hace? ¡Mierda...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario