lunes, 6 de diciembre de 2010

05-03-2010
Deberíamos entender los momentos de silencio como algo mágico, maravilloso y esperanzador. Como algo "mágico", porque en el silencio está la magia de la creación mental, humana y espiritual. Como algo "maravilloso", porque un momento se silencio, unos minutos, son en realidad el preludio de la eternidad que tenemos por delante. Y como algo "esperanzador", porque el silencio es paz mental, la paz mental lleva a la incertidumbre humana, y en la incertidumbre está el campo de las posibilidades infinitas.
¿Competir? ¿Para qué? ¿Por qué? Hay de todo y para todos. Tan solo es una cuestión de bien repartir. Por eso la verdadera revolución que está por venir no es la de las armas, ni la de la economía, ni la de las ideologías. Es la del pensamiento. Como piensas, así eres y así es tu vida. El resto ya es una mera y simple cuestión de buena voluntad. Paz, amor, armonía. Es tan fácil...  

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