domingo, 5 de diciembre de 2010

15/04/2007

En la derrota no ganas nada actuando impulsivamente. La derrota, el error o la frustración, requieren de la templanza, el silencio y la meditación. No importa como quedes ante los demás. Unos ojos humanos te verán como humanos, con sus aciertos y sus errores. En la soledad de tus pensamientos y tus sentimientos, es donde reside el verdadero aprendizaje de tu vida. El resto, el “que pensarán”, solo es fachada.

La adversidad tiene un remedio magnífico que NUNCA falla: la sonrisa interior. 

Iba caminando…, vista al frente…, sin mirar atrás…, porque le habían dicho que mirar atrás era perder el tiempo. Iba caminando…, vista al frente…, sin mirar atrás…, y llegó a su destino. Y entonces, tras unos segundos de pausa, lloró amargamente. No recordaba de dónde venía. Y sintió que le faltaba algo… 

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