lunes, 6 de diciembre de 2010

26-07-2008

Dicen que es hasta bueno caerse de vez en cuando. Y los hay que afirman que cuantas más veces te caigas, mejor, más aprendes. Es humano permitirse alguna licencia de vez en cuando. Pero sobre todo no hay que olvidar de dar las gracia por todo. Dile al Universo "TE AMO". Dile "GRACIAS". Dile "POR FAVOR, PERDÓNAME". Dile "LO SIENTO". Si puedes no lo hagas es voz alta, ¿para qué? Mejor que no te oigan. Y por muy triste que esté, por lo que sea, aunque ni siquiera lo sepas exactamente, expresa lo que sientes siempre con una sonrisa en el rostro. Si te caes muchas veces, tiene la ventaja de que las caídas no hacen demasiado daño. Te hacen reflexionar, meditar y sacar lo mejor que hay en tí. Y si notas que una lágrima está que cae, que no cae..., hombre..., ¿qué quieres que te diga?..., déjala caer.

¿Sabes? Somos un misterio apasionante. De verdad, somos la leche. ¿Sabes porqué a veces lloramos? Es muy fácil: para limpiarnos el alma. No es que esté sucia, solo está desordenada. Pero se ordena fácilmente, créeme. Si decides creer solo en la realidad de lo que ves, la verdad es que te pierdes mucho. De ahí que los sueños sean importantes. Muchos creen que soñar despierto es perder el tiempo. Se equivocan, pero no se lo reprocho. A fin de cuentas, ellos también se caen y se levantan. ¿Inestabilidad? ..., nos ha jodido..., ¿quién no la tiene en un momento dado? Pero levantarse no es complicado. Sólo has de sonreír, pequeño. "Esperanza", creo que la llaman. Fluye..., fluye y ya está.

TE AMO..., por los empujoncitos que me das aunque me cueste notarlos.

GRACIAS..., por cada lección nueva que me enseñas.

POR FAVOR, PERDÓNAME..., cuando tenga un momento tonto.

LO SIENTO..., los humanos somos así :)

Sigue haciendo girar la rueca que teje el hilo para fabricar la ropa que nos cubrirá la envoltura carnal que nos han regalado por un tiempo. A fin de cuentas, la vida es maravillosamente maravillosa. Es una broma, una broma genial y divertida. Un regalo que no tiene precio. Un amor que no se enfada nunca, tan solo te mira con ternura y calla para que seas tú quien decida. Y encima, si te equivocas, todavía te mira con más ternura. No la cambio por nada. Por nada. Son tantos los mensajes que recibimos cada día desde un sinfín de estereotipos externos, que en ocasiones se hace difícil entender que la realidad que vemos es solo eso, la que nosotros vemos. Y por ende se nos hace más complicado todavía darnos cuenta de que existen un sinfín de realidades más que nos perdemos, no porque no existan o puedan existir, sino porque no las creamos. Y no las creamos porque nos cuesta horrores creernos que todo está "conectado", que, en el fondo, no hay un "ayer" ni un "mañana". Solo cuando tenemos esos momentos de lucidez interior, esos momentos en los que somos capaces de darnos cuenta de que no es verdad lo que ves sino que tan solo es una parte de la verdad que tú te has creado, es entonces cuando aparece la sonrisa que te dice que se te olvidó fluir, y por eso tu niño se enfadó. Bueno, menos mal. Un niño enfadado es un adulto que se estremece. Bienaventurado.

Mi querido Universo..., LO SIENTO..., POR FAVOR, PERDÓNAME..., GRACIAS..., TE AMO...

No hay comentarios:

Publicar un comentario