-Dicen que todo depende del color del cristal con que se mire. Puede que sea verdad. Dicen que escribir poemas es cosa de románticos estúpidos a los que se les paró el reloj en los buenos tiempos.Dicen que las malas rachas no son eternas. No me cabe duda.
Sin embargo…
… lo que no dicen…
… lo que nunca nos dijeron…
… es lo largas que pueden hacerse las horas cuando buscas un sueño imposible.
-Todo niño desea ser importante. Ser el centro de atención de los demás. Todo hombre, en el fondo, salvo los puros de corazón, y de esos hay muy pocos cada siglo, desea ser mirado y admirado por sus semejantes.
Es lógico. Somos como niños, solo que con ropajes de mayor talla.
-Por lo general, los mejores consejos que solemos dar son aquellos que no somos capaces de realizar.
-Un niño que juega sólo, será un hombre que tenderá a ser solitario.
-Cuando fumas como una chimenea, comes sin orden ni concierto y follas lo primero que pillas, es que hay algo que no te funciona.
-Es una lástima que nos enteremos que los Reyes Magos no existen.
Es lástima que el primer beso, muchas veces, se convierta en una cosa maravillosa para recordar.
Es una lástima perder un tren en el que ya estabas montado.
Es lástima morir de viejo si todavía te quedan ganas de seguir viviendo y cosas por hacer.
Es una pena perder un poco de inocencia año tras año…
- Cuando eres niño sólo piensas en jugar. Cuando eres adolescente juegas a ser mayor. Cuando eres mayor quisieras volver a jugar como cuando eras un adolescente. Cuando eres viejo, senil y casi un vegetal, pierdes la cabeza y ya no razonas. Pero sin embargo en esos momentos, cosas de la sabia madre naturaleza, sólo hay una cosa de la que no te olvidas: de cuando eras un niño.
-Un manuscrito puede ser leído, publicado, olvidado o pasto de las llamas. Pero cuando ya está escrito, ninguno de los posibles eventos anteriormente citados puede arrebatarte la paz y la armonía con que lo escribiste.
-El hijo único es aquel que de pequeño llega a casa y la suele encontrar vacía.
Aquel que cuando se enamora por primera vez no lo dice, pues es una de las pocas cosas que ha conseguido por sí mismo.
Aquel que tiene muchas horas para pensar en lo que pocos piensan.
Aquel que nota que haga lo que haga nunca es suficiente, pues siempre le recordarán que hay otro que lo hizo mejor que él.
Aquel que recibirá múltiples educaciones; tantas como miembros tenga su familia.
Aquel que, fuera de su entorno, sentirá una inseguridad que le hará pasar mucho miedo.
Un solitario con una sensibilidad infinita.
Y, en ocasiones, se resistirá a aceptar que en esta vida las cosas como son, y no como uno quisiera que fueran.
-Dame una lágrima y yo te daré una sonrisa
-Si cantar una canción de amor a la luz de la luna te comienza a parecer ridículo…, es que has perdido demasiada inocencia.
-Estoy convencido de que nada pasa por casualidad. Incluso tampoco creo en la suerte. Creo firmemente que todos los acontecimientos que nos rodean están sujetos a una ley divina que, por ahora y debido a nuestra mente humana inmadura, somos incapaces de entender.
Y mientras, dejemos al Papa y sus lameculos pertinentes que sigan obsesionados con la moral sexual y demás tonterías que, por no tener sentido, ni siquiera Jesucristo se tomo la molestia de mencionar en sus enseñanzas.
-Escribir es tener ganas de contarle algo al mundo.
-Hay losas que pesan demasiado, pero que hay que levantar…
-Cuando decides cambiar tu ritmo de vida que creías no era el adecuado y comienzas a preocuparte más, quizás como no lo habías hecho antes, por tu “yo”…, es que todavía hay esperanza.
- Mi abuelo Juan María me enseñó que esa especie de sombrero alargado que llevan los obispos se llamaba “mitra”. Lo hizo mientras estábamos viendo un programa que se llamaba “Un globo, dos globos, tres globos”.
¿Por qué cuento esto? Lo he dejado venir a mi mente. Por algo habrá sido…
-Somos un reflejo de la vida que nos ha tocado vivir…, y también una sombra de lo que hemos hecho para vivirla.
-No me importa si me repito en estos escritos. Aunque escriba un mismo pensamiento varias veces, nunca será en el mismo momento. Y por lo tanto el sentimiento será cada vez diferente. Y ya se sabe: cada sentimiento es una gotita más que va llenando el depósito de nuestra vida.
- Si volviera a nacer…
Si realmente pudiera volver a nacer…
Imagino que todo sería igual.
…Porque en el fondo todo está, más o menos, escrito.
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