¿Estás cansado? Descansa, mi niño. ¿Tu cuerpo te pesa demasiado por fuera y por dentro? Aligera el interior abandonándote en las manos del Padre; sabes que funciona. El exterior…, déjalo para más tarde, como siempre. ¿Ganas de que todo termine? Todo llega, pequeño. Y todo pasa como tiene que pasar. Dale tiempo al tiempo y permite que las cosas fluyan, muchacho. Mientras hagas lo que puedas y de la mejor manera que sepas en el momento, el resultado, lo entiendas o no, será como debe ser.
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